miércoles, 29 de abril de 2015

Ser Padres no es sólo una revista

Cuando conoces a determinadas personas cuya existencia no te aporta nada, muchas, te apartas y sigues tu camino. Pero hay otras que, a base de su propia experiencia vital, van adquiriendo por mimetismo la capacidad de engañar de tal forma que si no llevas un sistema de grabación sofisticado, nadie te creer de lo que son capaces. Cuando los especialistas y responsables (y un hermano mío testigo) vieron el vídeo en el que le desearon la muerte a mi hijo de dos años, boquiabiertos nadie se atrevió a decir que fue un momento de "arrebato" en una discusión (...) porque jamás, nunca, lo habían ni escuchado ni imaginado. Eso me costó, lo confieso, años de intranquilidad a pesar de que se activó el protocolo de seguridad reglamentario en estos casos durante un periodo de dos años (vigilancia expresa en lugar y horario público coincidente).

Reconozco que su envidia me marcó porque lo tenía premeditado, maliciosamente programado. No fue un exabrupto inconsciente, me dijeron tras tener que declarar  y dar datos de la persona (trámite para activar el protocolo de seguridad).

Cuando termino de leerle un cuento a mi hijo y le veo dormido me asalta aquel momento por un instante efímero, después de 4 años, y  vuelvo a tener miedo por él. Y, joder, reconozco que logró hacerme daño porque nosotros sí disfrutamos de nuestro hijo.


jueves, 9 de abril de 2015

Aquella roca dormida

Muchas tardes bajábamos a la playa de El Burrero. Era un recorrido de tres kilómetros, a pié, que nos parecía un viaje.  Aquella roca atestada de gritos y saltos en verano era una fortaleza salobre cuando lograbas llegar hasta ella a nado. Allí se encontraba la felicidad a pesar de las privaciones de nuestra infancia. Y allí me quedaba a veces solo. Sentado tiritando de un frío mitigado por el último calor del ocaso, mirando un mar convertido en espejo.  Mi hermano me gritaba desde la playa y las montañas derramaban sus sombras sobre la arena: era hora de regresar.

Nuestra madre nos preparaba un bocadillo de mantequilla, ya en casa, y el salitre hacía que mi mente siguiera allá abajo, en la Aguaisa, la roca egregia de la playa.

viernes, 27 de marzo de 2015

Presentación en mayo

De mi niñez, descalza, a medio siglo. Lo eidético  te hace vivir con lo bueno pretérito, pero no se puede extirpar lo triste.

El primer recuerdo. Capítulo I
"Recuerdo una radio blanca con teclas para buscar las emisoras. Debía tener 4 años. Aquella radio la escuchaba todas las noches entre paredes de filamento. Y recuerdo la noche que llegó un olor extraño junto con las palabras que de ella surgían: se había quemado por una esquina y así estuvo varios años más, derretida pero funcionando"

Una recopilación de recuerdos fotográficos de una niñez hasta la juventud del autor.

lunes, 23 de febrero de 2015

Las últimas tintas de Lolita

Así nos llamaba nuestro padre. Desconozco, aunque intuyo, el por qué del adjetivo cariñoso.  Y aquí estamos con quien nuestro progenitor confabuló felizmente para que fuéramos los más pequeños: sus pequeños.

Y hay quien se empeña en envanescernos una y otra vez y convertirnos en ese lunar peludo que lleva pegado en la cara que es lo que dejó del gemelo con el que compartía vientre y no le dejó vivir.

Pero ésta no la puedes romper.


lunes, 9 de febrero de 2015

Jaque mate pastor

Mi hijo, de 6 años y cuatro meses, me sorprende por días. Ayer jugaba una partida de ajedrez con un niño de 10 años y le ganó en cuatro jugadas. El jaque mate pastor es infalible y convierte al principiante en un héroe, pero su humildad es tal que optó por enseñarle a su contrincante cómo se realiza.  

Esto, y otros motivos, me lleva a recordad a Shakespeare:

"Yo juro que vale más ser de baja condición y codearse alegremente con gentes humildes, que no encontrarse muy encumbrado, con una resplandeciente pesadumbre y llevar una dorada tristeza."

Jaque mate.