miércoles, 10 de abril de 2013
Un relato corto y un viaje en el tiempo
Los Alisios irrumpen valle arriba serpenteando entre los barrancos que se funden con los blancos besos del mar, allí donde la lava se enfrió eternamente. Entre verodes henchidos de humedad, un guerrero axicatna descansa y observa las nubes pasar sobre la bahía en la que el océano dormita sereno, al abrigo de la telúrica lengua que penetra en la inmensidad salada. Fue allí fue donde libró su primera batalla.
Escucha cómo el agua ruge escarbando una garganta de paredes verticales que sólo él y sus seguidores se atreven a escalar y bajo cuyas sombras verdes y olor a ñameras, habitan mujeres y hombres libres como el barranco que les cobija: Guayadeque.
Allí bailó la danza del pámpano roto una noche que la luna pintó de plata las cuevas.
El valle es frondoso y a lo lejos las cabras africanas se pierden entre los trigales bruñidos. Sus balidos acompañan el silbido del viento y él debe seguir su camino hacia el otro lado de la Isla.
En aquel valle, en las medianias del sureste de Gran Canaria, se encuentra hoy Ingenio.
(VISTA DE LA BAHÍA DE GANDO SIN CASAS, SIN AEROPUERTO... SÓLO LA LIBERTAD)
(Texto e infografía realizados en exclusiva por Juan Ramírez Verona para La orden del Cachorro Canario, Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Ingenio y D. David Castellano el 16 de mayo de 2012 por su reconocimiento uno y colaboración otros en la entrega de la orden del cachorro canario a diferentes Colectivos y personas de Carrizal)