Cuando escuché a aquella mujer gritarme "Ojalá se muera tu hijo (mi hijo)" primero me dio ganas de no sé qué. Luego, con el paso de los años y conociendo su desgraciada vida, me da pena (pero no la perdonaré jamás, ni a sus infelices acólitos) . Hoy, a raíz del asesinato de una Política, es la propia policía la que publica que desearle la muerte a alguien "es una mezquindad y una idiotez". Pues eso... mezquina e idiota.