miércoles, 6 de marzo de 2013

El año que vi a los Stones


Esta tarde me he sentado en salón a recordar. ¿Será que justo me quedan 11 meses para los 50?. Esa edad con pinta de inflección. Y recordé.  A veces lo hago, me pongo los cascos y me pierdo en mí un ratillo. Me acordé del año que repetí segundo de BUP (“quien no repite segundo 2º de BUP no ha hecho el bachillerato”: leído en un baño con olor a onanismo apresurado) Fue el año en que Ella me regaló a Salinger (aun conservo el estigmatizado libro, el único que el escritor escribió) y yo me enamoré hasta el infinito de aquella mujer que conducía un Civic y olía sutilmente a "pachuli".

Ella tenía 27 años y yo 16.  Me pidió que me fuera con ella y, en cierto modo algo de mí se fue con Ella cuando pidió traslado.

Escuchábamos a Cat Stevens (...) y yo me quedaba dormido en la pana de sus pantalones y luego en la pena de mis Lois cuando me dejaba en casa.

Una mañana del Verano de 1982 sonó el teléfono de casa de mis padres (yo tenía 18 años)… era Ella. Estaba en un hotel y había venido a buscarme (sic) y me pidió que me fuera a Madrid con ella una semana. "Sólo una semana, por favor Juan".

Cuando todo el mundo pensaba que me había ido a Güi-güi como muchos veranos y santas semanas, yo me empapaba (llovió pero ni me enteré) en un concierto de los Rolling Stones en Madrid, no se si junio o julio y me emborrachaba de aquella mujer que se alojó etérea en mis recuerdos.

Sus cartas dejaron de llegar un año después y todavía me pregunto si lo soñé. Mereció la pena repetir 2º de BUP.