jueves, 3 de julio de 2014

El caso del Calendario ¿perdido?

Cuando me dijeron si me lo había llevado yo contesté "hace tiempo que paso del calendario por las mierdas que ya sabes. Me anoto mis cosas en mi Smartphone y ni me acuerdo de él. Es más, ni siquiera me di cuenta de si estaba o no estaba".  Luego, al ver la foto que me hicieron llegar, comprendí por qué y quién se lo llevó.  ¿Por qué...? porque alguien marcó y escribió sobre un día del mes de junio donde dejaba patente un mensaje tan mal encriptado que era increíble si no lo veo  fotografiado.  Un mensaje presuntamente dirigido a una de las personas que más quiero.  ¿Quién fue...? pues a tenor de lo terrible, malintencionado y evidente del mensaje... la misma persona que lo hizo ya que debió arrepentirse... aunque tarde porque ya lo habían fotografiado.

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viernes, 27 de junio de 2014

One Two Three...

No tienes aún los 6 y disfrutas con lo que te gusta.  Da igual que le des o no a la pelota, lo importante es la felicidad que te produce ese momento, esa hora en la que estás contigo.  Yo te miro, te observo, y  me siento igual de feliz que tú.  A veces me guiñas un ojo, y yo te levanto el dedo en señal de OK.  Fallar también es aprender pero cuando le das, esbozo una sonrisa y me digo "este es mi niño".  Sólo te pido que te diviertas, que disfrutes...

jueves, 26 de junio de 2014

Hay una foto contigo que...

No se quién la sacó, Mami andaba liada con las maletas. Fue un verano, tu segundo verano, y perdíamos el avión.  Me gusta, me gusta tu seguridad entre mis brazos y tu mirada convergiendo con la mía en un punto común.  Así, sean cuales sean las adversidades, estaré contigo.

Me gusta esta foto.

miércoles, 25 de junio de 2014

Y me quedé sin palabras entre filólogos

Al poco de nacer mi hijo, me invitaron a impartir un curso en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue el Departamento el  de Filología moderna.  Como siempre, después de agradecer la invitación, presentarme y hablar un poco de cómo iba a ser la semana, empecé.  A los diez minutos tocan en la puerta y un "alumno" después de dar las buenas tardes y disculparse por el retraso se sienta entres sus compañeros.  Compañeros que me miraron durante varios segundos...muchos segundos y no sabían qué pasaba ante mi silencio.  Aquel señor fue quien elegantemente, y en todos los sentidos de la palabra, me impartió Literatura en el bachillerato. Por entonces era catedrático de instituto y su presencia, su forma de hablar y trabajar, hizo que me enganchara a la Literatura.  Después de esos segundos eternos, pedí disculpas a los asistentes y dije, como pude, que respetando a todos, era para mi un honor impartir clases a Maximiano Trapero y expliqué por qué.  Él, obviamente, no se acordaba de mí, pero agradeció mis palabras como yo agradecí el último día del curso cuando me dijo "es un orgullo que un alumno, me haya dado clases".

Ahora es Catedrático en la Universidad. Aquel viernes comprendí cuántas vueltas da la vida.

martes, 24 de junio de 2014

Pequeñas cosas que me hacen feliz en mi trabajo

Cuando me envían una foto como ésta desde Estrasburgo, en la que una de las eminencias mundiales en lo que al estudio de la Vitamina B12 se refiere, tiene delante de sí un trabajo mío en su ordenador: una  animación sobre la absorción y digestión de la vitamina B12 de un estudio suyo publicado en la prestigiosa CMAJ (Canadian Medical Association Journal) y, encima, queda sorprendido; hace que todo lo que hago como ilustrador médico día a día en un hospital público redunde en la calidad del usuario.

Me hace sencillamente feliz.