La noticia mañanera detrás del expreso de hoy antes del curro fue que Podemos e Izquierda Unida rompen las negociaciones. Y ya el conejo me enriscó a la perra, pensé sin que el sol me escuchara todavía. En mayo, huelga mentar mi actividad política desde los 16 años con el PCE e IU, acudí a las municipales con la plataforma Se Puede Ganar, por la cagada de Podemos de no dejar presentar a sus simpatizantes y miembros con sus siglas. Se trabajó duro en un pueblo donde la izquierda sigue siendo un tabú; lo que quedó demostrado en las urnas. El objetivo se cumplió y a 27 votos estuvimos de conseguir dos concejalas; pero para no tener un duro la cosa resulto satisfactoria.
Pero una cosa es concurrir juntos a unas elecciones por un fin común y otra los medios con los que Podemos quieren llegar. Y conocedor de esa perspectiva, allí se trabajó duro y codo con codo, entré en la marca blanca. Podemos puede ser una solución, pero sin la izquierda verdadera (en la que estoy) se quedará en puede y yo ya lo sabía.
A las pocas semanas de las elecciones decidí, bueno decidimos algunos compañeros, seguir mi camino por los principios que me rijo y dejamos el grupo al que apoyamos incondicionalmente en su momento con buen rollo y un asadero de puta madre en Las Mejias.